Se trata del tipo de ascensor más antiguo de la historia y todavía existente.
En 1887 se creó el primer ascensor con motor eléctrico.
El ascensor eléctrico convencional ha sido el más utilizado desde la existencia de estos aparatos.
Consta de un motor de una o dos velocidades con posibilidad de regulación con variador de frecuencia.
Pueden ir instalados en una cámara superior o dentro del mismo foso.
Las ventajas del ascensor eléctrico convencional son el rendimiento y los costes de instalación y mantenimiento relativamente bajos.